Hola, ¿qué tal? ¿cómo estás? hoy te voy a hablar de algo por lo que me preguntan muchísimas veces ¿sientes que tu carrera profesional no tiene un hilo conductor claro? ¿Has cambiado varias veces de sector, rol o incluso país y ahora te cuesta explicar tu trayectoria sin que parezca un caos? Si es así, quédate que te cuento cómo estructurar tu historia profesional para que tenga sentido, inspire confianza y, sobre todo, te posiciones como una persona con propósito, y no como alguien que va dando tumbos. Me lo habéis pedido muchos de vosotros, así que…¡aquí os lo cuento!
Porque sí: aunque tu carrera sea no lineal, puedes convertirla en una narrativa poderosa que te abra puertas.
Quédate, porque vamos a quitarle el caos a tu historia y a ponerle orden.
En este vídeo te voy a contar cómo estructurar tu historia profesional para que tenga sentido, aunque tu carrera haya sido de lo más variada.
Vamos a ver cómo identificar el hilo conductor entre tus experiencias, cómo hablar de tus transiciones con seguridad y, sobre todo, cómo cerrar tu historia con una propuesta de valor clara y convincente y todo esto a través del storytelling.
Ideal si estás en un momento de cambio o si quieres comunicar tu recorrido con más claridad y confianza.
¡Vamos allá!
Paso 1: Encuentra tu hilo conductor
Empieza por identificar lo que siempre ha estado ahí, aunque hayan cambiado los nombres de las posiciones que has tenido en las diferentes empresas o sectores en los que hayas estado.
¿Qué es lo que siempre puede haber estado ahí? Puede ser una motivación (resolver problemas, crear desde cero, conectar personas), un tipo de entorno donde rindes mejor (retos, innovación, impacto social), o una habilidad clave (organizar, comunicar, liderar).
Te pongo un ejemplo:
“Mi recorrido ha sido variado, pero siempre he buscado entornos donde pudiera traducir ideas complejas en acciones claras. Eso me ha llevado desde la comunicación hasta la gestión de proyectos y la formación.”
Paso 2: Muestra tus decisiones como evolución
Porque en cada cambio profesional hay una historia, y si tú no la cuentas con intención, otros la interpretarán por su cuenta y no siempre para bien.
Cuando pasas de un sector a otro, o de un puesto a otro en un corto periodo de tiempo, pueden surgir dudas: ¿No encajó? ¿No dio la talla? ¿No tenía claro lo que quería?
Y sin embargo, muchas veces esos movimientos tienen detrás decisiones muy conscientes, aprendizajes potentes o simplemente cambios de enfoque que te han hecho crecer y eso, si no lo cuentas, los reclutadores no lo saben.
Por eso es tan importante que tú mismo tomes las riendas de esa narrativa. No se trata de justificar. Se trata de mostrar evolución. ¿Qué buscabas? ¿Qué aprendiste? ¿Qué fue lo que te impulsó a moverte?
En lugar de hablar desde la carencia (“ese trabajo no era para mí”, “no me gustaba mi jefe”, “me equivoqué eligiendo”), habla desde la claridad y el crecimiento:
“En ese puesto descubrí que lo que más disfrutaba además de analizar datos, era traducir esos datos en historias que ayudaran a otros a tomar decisiones. Y eso me ayudó a ver que quería profundizar en el ámbito de la comunicación y la estrategia, más allá del análisis puro.” Otro ejemplo: «Me llevé aprendizajes valiosos y llegó un momento en el que sentí que era el momento de aplicar mis habilidades en otro entorno porque sentía que en el puesto actual las posibilidades de aprendizaje se habían terminado y si quería seguir aprendiendo tenía que moverme» Luego aquí pueden venir más preguntas, por supuesto, pero ¿puedes ver el enfoque?
La clave es conectar los puntos para quien te escucha o te lee. Que entienda que tus decisiones no fueron saltos aleatorios, sino pasos hacia una dirección que ahora tiene sentido.
Paso 3: Termina con una propuesta de valor clara
Esta es, probablemente, la parte más importante de tu relato profesional. Hasta ahora has hablado de decisiones, de aprendizajes, de evolución. Ahora es el momento de mostrar qué te hace único hoy. Qué puedes aportar. Qué problema sabes resolver. Y cómo tu camino te ha preparado para hacerlo de una manera que otras personas no pueden.
Aquí no se trata de repetir lo que aparece en tu CV. Se trata de integrar tu historia en una propuesta coherente y valiosa. De responder con claridad a esta pregunta:
¿Qué tienes tú hoy, gracias a tu recorrido, que puede marcar la diferencia en el entorno al que quieres aportar?
Para eso, conecta tu experiencia pasada con tus fortalezas actuales. Pon en valor tu mirada transversal. Tu capacidad de unir puntos. De ver cosas que otros no ven, porque tú has vivido realidades distintas y has aprendido a integrarlas. No te limites a decir lo que sabes hacer. Explica qué te hace diferente. Aporta contexto y enfoque.
Un ejemplo realista:
“Gracias a haber trabajado en sectores distintos y con equipos muy diversos, considero que aporto una visión estratégica que une comunicación, ejecución y gestión de personas. Esto me permite liderar proyectos complejos con claridad, foco y empatía.”
Otro ejemplo: “He trabajado como técnica, como gestora y como formadora. Eso me da una visión 360º que hoy aplico para traducir necesidades complejas en soluciones prácticas que funcionan en el día a día de los equipos.”
Recuerda: tu propuesta de valor está entre lo que sabes hacer, lo que te apasiona y lo que otros necesitan.
En resumen:
– Identifica tu hilo conductor.
– Explica tus transiciones como una evolución coherente. ¡Esto es clave!
– Termina con una propuesta de valor clara y directa.
Si aplicas esto, vas a transformar la forma en que te ven y cómo tú mismo te ves.
Porque una carrera no lineal no es una debilidad: es una ventaja, solo que tienes que saber contarla.
Y cuéntame en comentarios ¿qué parte de tu trayectoria te cuesta más explicar?
Así te leo, te respondo.
Y como siempre, si crees que este vídeo es interesante, ya sabes, ¡suscríbete si aún no lo has hecho y comparte!
Facilito que líderes y equipos trabajen con foco, agilidad y resultados
Consultora de Talento. Coach Certificada. SCRUM Master. Agile Coach. CoP Management 3.0. HCMP.
contacto@cristinagmanzano.com

