¡ESCUCHA! Es IMPORTANTE
ES ALGO que TAMBIÉN SE APRENDE
Nos han enseñado a hablar, a escribir, a andar, a comer de forma autónoma, a vestirnos, etc. Sin embargo, ¿alguien nos ha enseñado a escuchar?. Esta es una habilidad muy poderosa que nos ayudará a tener nuevos puntos de vista. Además, podemos aplicarlo en todas las facetas de nuestra vida, tanto en lo profesional como en lo personal.
A veces creemos que escuchamos y lo que estamos haciendo es oír. Oímos todo el rato millones de cosas pero ¿cuáles son las que realmente escuchamos?. Escuchar es una competencia que consiste en prestar atención a lo que se oye. Y para desarrollar esta habilidad es necesario tener en cuenta los siguientes puntos
Escuchar = prestar atención a lo que se oye
Para contar con una buena escucha hacia el otro es necesario tener en cuenta los siguientes puntos:
- Postura abierta y receptiva. El otro siempre va a percibir mejor que le estamos escuchando si no tenemos los brazos cruzados.
- Contacto visual. Es importante mirar a los ojos de nuestro interlocutor de forma natural, no penetrante.
- Sonrisa sincera. Esta sonrisa es la puerta de entrada para cualquier situación. Cuando no sepas qué decir no dudes en sonreír con sinceridad, la otra persona se sentirá escuchada y comprendida y la conversación fluirá.
- Mostrar interés en la conversación; hacer preguntas sinceras sobre el tema. Cuando no tenemos algo claro, ¿qué mejor que preguntar?. No dudes en hacer las preguntas que necesites a tu interlocutor es la mejor forma de que todo fluya y ambas partes queden satisfechas.
- Dejar que el otro acabe de contar lo que nos quiere decir. Esto es algo obvio pero que a todos nos pasa, antes de que la otra persona haya terminado de hablar, le cortamos, bien para hacerle alguna pregunta o para contarle nuestra historia o punto de vista. Yo siempre digo “deja hablar y con ello tendrás más información para después poder hacer los comentarios correspondientes”. Te animo a que lo pongas en práctica. Muchas de las pequeñas discusiones que tenemos en el día a día se eliminarían tan solo con tener este punto en cuenta, pues al no escuchar se generan malas interpretaciones de los temas que tratamos.
- Empatizar con el otro. Para que la persona o personas que tenemos delante sientan que son comprendidas necesitan también ver que empatizamos con ellos, por ejemplo asintiendo. En la comunicación es importante saber ponerse en la piel del otro para poder dar una respuesta que pueda ser de utilidad.
- Aprender a leer entre líneas. A través de sentimientos y emociones una persona puede estar diciendo una cosa y nosotros darnos cuenta que siente otra. Por ejemplo alguien te dice que está muy contento en su trabajo pero tú percibes su tono de voz y su forma de mirarte, no te mira a los ojos, hay algo por lo que sientes que no está tan contento como intenta mostrar. Si eres capaz de percibir esto puedes hacerle una pregunta que bien, le haga reflexionar o directamente preguntarle qué le sucede, todo depende del grado de confianza que tengas y lo que quieras o no meterte en esa parcela de su vida.
- Intentar evitar juicios, críticas negativas y si das tu opinión, te recomiendo que dejes claro que es algo subjetivo que expresas desde tu mapa, desde tu punto de vista.
- Frenar el diálogo interior. En muchas ocasiones, cuando escuchamos, por ejemplo a nuestro jefe o superior, nos pasan multitud de pensamientos por la cabeza: “¡a ver qué me va a decir ahora!” “tiene razón pero eso sería más trabajo para mí” “¿y cómo le digo yo ahora qué no?” “me gustaría que fuera más claro y específico ¡no le entiendo!”. Esto es algo que se hace de forma inconsciente, aunque algunas veces somos conscientes y desde ahí es cuando podemos frenarlo, es decir, cuando somos conscientes de ese “diálogo interno” es cuando podemos decir “¡basta!” voy a concentrarme en lo que me están diciendo y a no escuchar a mi cabeza. Intenta obviar lo que tu cabeza dice y enfocarte en el diálogo de la otra persona.
- Concentrarse en la conversación. Tendemos a estar pendientes de muchísimas cosas a la vez, lo que nos dificulta focalizar la escucha, por ello te recomiendo que te centres en lo que te está diciendo el interlocutor y le prestes la mayor atención posible.
Te animo a que pongas todo esto en práctica y descubrirás las ventajas de la escucha activa, tanto para ti como los beneficios de ésta para la persona que tengas enfrente, la cual se sentirá plenamente escuchada y acompañada.
Te comparto esta sabia frase de Epicteto de Frigia:
“Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar”
Cristina González Manzano
Coach Certificado / RRHH / Formación/ Headhunting
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